

La dinámica económica se caracteriza por una serie de rasgos que reflejan la naturaleza cambiante y en constante evolución de las economías. Algunas de las características principales de la dinámica económica son:
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Fluctuaciones y ciclos económicos: Las economías experimentan fluctuaciones periódicas en su actividad, pasando por fases de expansión y contracción conocidas como ciclos económicos. Estos ciclos incluyen periodos de auge (crecimiento económico), seguidos por recesiones (contracción económica), y pueden ser influenciados por múltiples factores como la demanda, la inversión, la política monetaria, entre otros.
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Cambio y adaptación: Las economías están en constante cambio y adaptación. Las tecnologías emergentes, los cambios en la demanda de los consumidores, las políticas gubernamentales, y otros factores contribuyen a la transformación de las estructuras económicas y la reconfiguración de las industrias.
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Innovación y progreso tecnológico: La dinámica económica está impulsada por la innovación y el progreso tecnológico. Las mejoras en la tecnología tienen un impacto significativo en la productividad, los costos de producción y la creación de nuevos productos y servicios, influyendo en la competitividad y el crecimiento económico.